lunes, 17 de julio de 2017

Inclusión o Tolerancia

Estos últimos años se han publicado varios casos donde a niños y adolescentes con autismo se les ha discriminado. Esta el caso de una aerolínea, que se negó a darle a una adolescente con autismo comida caliente, ya que era una característica de la primera clase, y optaron mejor por bajar a la adolescente que se encontraba alterada y a su madre del avión, otro caso, y más reciente, es el del niño que empezó a gritar durante la presentación de una obra de teatro, varios miembros de la audiencia se molestaron, y le pidieron a la madre que lo callara. Todos estos casos han sido bien recibidos por parte del público en favor del individuo con autismo.
En junio de 1994, la UNESCO presento en España, la declaración de Salamanca, en la que se estipulo que cada niño tenía características y capacidades propias, y era deber del sistema educativo adaptarse para cubrir las necesidades de todo estudiante, con el fin de reducir la discriminación hacia las personas con discapacidades y proveer una educación igualitaria.
Para lograr esto, la UNESCO (1994) recomienda a las escuelas integradoras de identificar, evaluar y estimular a los niños con necesidades especiales y desarrollar un programa de atención escolar.
Un ejemplo, sería las escuelas integradoras en Estados Unidos. Estas escuelas identifican y evalúan al niño; dependiendo de sus resultados, es ubicado en un salón de educación especial o en un salón ordinario con tareas adaptadas. Las expectativas de estas escuelas integradoras es que el niño se integre con sus diferentes pares, pueda obtener una educación de calidad de acuerdo con sus necesidades, para que todos los individuos tengan la oportunidad de integrarse a la sociedad y ser productivos. Y exhortan a los padres y comunidad de tomar un papel activo en el apoyo del proceso de autonomía financiera. En pocas palabras la inclusión es enseñar al niño a integrarse a la sociedad.
Si transpolamos esto al caso del teatro, significa que los padres, maestros, y la comunidad le fallaron al niño, el niño no se integró, y en lugar de enseñarle, la audiencia lo discrimino.
La real academia española (n.d.) define tolerancia como el comportamiento en el cual un sujeto acepta las diferentes ideas, creencias y comportamientos de otro. Si este concepto lo fuéramos a utilizar en el caso del teatro, diríamos que las personas no mostraron tolerancia, de hecho, fueron intolerantes.
En un caso ideal de inclusión para el evento del teatro hubiera sido que se le enseñara a controlar sus emociones, que la audiencia le extendiera la mano a la madre a guiar al niño a integrarse a la audiencia. En un caso ideal de tolerancia, hubiera sido continuar viendo la obra sin importar si el niño está o no gritando.
De esto ha surgido la neuro-diversificación, el cual habla de tolerancia. Esto quiere decir que la sociedad acepte los comportamientos diferentes de un individuo. Esto querría decir que un adulto con depresión estaría permitido de ir con pijama al trabajo, un individuo con trastorno de ansiedad gritar en una calle publica, darle prorrogas de pago a una persona con déficit de atención cuando sea hora de pagar la luz, o permitir una persona con autismo soltar el inodoro por dos horas. Desde otra perspectiva, la tolerancia hacia una persona con discapacidad es otra forma de discriminación, pues los dejamos llorar, gritar, pegar, porque no los creemos capaces de aprender, o auto-regularse, la tolerancia a veces es una forma de subestimación, -Hazme una lista de tu super, yo te lo voy a comprar, porque no te creo con la habilidad necesaria para ser autónomo-
 Sin embargo, si el batón lo tuviera la inclusión, al final y al cabo, se aceptarían las diferencias de cada persona con o sin discapacidad, siempre y cuando se haya integrado a la sociedad, sea una persona autónoma, dicho de otra forma, el final del proceso de inclusión se refiere a que la persona sin importar tenga o no discapacidad obtenga al final de su escolarización, los mismos derechos y responsabilidades que los demás. Pero dar las mismas responsabilidades y derechos a una persona con discapacidad sensorial, motora o cognitiva, no retira el hecho de que los seres humanos somos capaces de dar bondad, consideración a quien lo necesita, ni nos despoja de la capacidad de ser flexibles al observar a un individuo en dificultades.
En resumen, la sociedad debe buscar el límite entre el respeto y la tolerancia, porque la tolerancia excesiva puede conducir al entorpecimiento del aprendizaje y el crecimiento, o como nos solían decir nuestros profesores, -No dejes que tu amigo te copie la tarea, porque no le permites aprender, y finalmente lo dañaras- Uno habrá crecido tras el esfuerzo de haber hecho algo, y adquirido una habilidad, mientras el otro, la única habilidad adquirida será la de "copiar".


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